miércoles, 14 de diciembre de 2016

DOBLE O NADA

El otro, hombre o mujer, siempre muerto, estirado en su disfraz de levita, dijo: “Rien ne va plus!”
Los dados saltaron de mi mano hacia el abismo verde. Escupieron sus ojos blancos: “Nunca, Nada”.
Apuré el líquido ambarino de mi copa y salí por una puerta falsa hacia el callejón de los acusados. Perdí la cuenta de mis pasos, camino del Parque del Olvido.
Leve, como el acero, rasgó la noche el disparo, partiéndola en dos mitades: “Antes, Después”. Rebusqué, con las manos ensangrentadas, en los bolsillos de mi traje de domingo. Solo un billete a ninguna parte. En la estación, de madrugada, se despidió mi sombra.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Y AL SÉPTIMO DESCANSÓ

De un certero bocado, le arrebató el pincel
─Lo embadurnaba todo cada vez que pintaba los cárdenos atardeceres –se defendió la serpiente-. “Es la vieja que prepara la cena”, decía el sabelotodo, y luego la señora Luna a barrer los espumarajos de sus olas para dejar la noche como un jaspe…
El coro de ángeles cantores sonrió complacido.
─Además, ya estaba harto de líneas de horizonte torcidas, y siempre con los arcoíris a medias, como si fuera un niño al que se le acabara la pintura, dios…
Leviatán se zambulló en el fondo del mar tarareando una cancioncilla pirata: “¿Quién se beberá la botella de ron?”

miércoles, 23 de noviembre de 2016

EL·LA, LA ARAÑA

No era el mar pero se le parecía, suave y fuerte, sedosa y áspera, sube y baja al mismo tiempo, se abre y desenreda: la tela es tan real como una tormenta de primavera.
Se balancea, acude desde el fondo más oscuro del laberinto como una serpiente irisada silbando una dulce melodía:
“Has caído, has caído”, canta mientras afila las garras de sus patas delanteras.
“Has cometido un error, minúsculo hombrecillo de la Tierra Media. Y por ese pequeño error te comeré, serás el dulce apoyo de mi senectud”. El mediano oye el lenguaje de la marea. Se adormece soñando la brisa de un atardecer dorado.

lunes, 7 de noviembre de 2016

E<=>MCC

Sigo observando mi trocito de cielo, el que me ha tocado en suerte tiene un nombre difícil con letras romanas. Seguro que tiene planetas habitables: gente que sonríe por las esquinas, con tres patas para soportar mejor la gravedad, y una o dos bocas para alimentar. En lo alto de edificios de metacrilato azul, luces de neón anuncian bebidas de pura energía. 
Esa galaxia está tan perdida, en el mar de las constelaciones, puede que algún extraño ser olvidara darle cuerda a su corazón de hojalata.

martes, 25 de octubre de 2016

NOVILLOS

─Al otro lado de la ventana, ¿qué hay? –me pregunta con sus hambrientos ojos el niño desahuciado de la sala de quemados graves.
─Un muchacho, ¡como tú, Pedrito!, lleva una gorra con visera, se pasea con el puño metido en el bolsillo trasero del pantalón vaquero.
Sus labios apenas esbozan una sonrisa:
─¿Lo conozco?, mira bien, y no me engañes, si es del Instituto, aún no es la hora del recreo.
─Es el Anselmo, que le ha llevado el almuerzo a su padre, el ferroviario.
Desde mi cama solo se puede ver una pared deslucida y gris, pero él no lo sabe.

miércoles, 19 de octubre de 2016

TROYA

Cuando se prendieron las cortinas de la cocina del palacio del rey, tuvimos que elegir: perecer en una guerra perdida, o enfrentarnos a un nuevo destino lejos del hogar. Nos adentramos por la cueva del sótano, con teas ardientes iluminamos el túnel oculto, apartamos unas zarzas y nacimos por segunda vez una noche oscura, que nos regaló su traje de luto. Los estertores de dolor fueron nuestro alimento hasta que llegamos al otro lado del Escamandro, desde donde contemplamos el resplandor ceniciento de la ciudad. Los viejos dioses nos regalaron un relincho cruel: el fin de la edad antigua en un caballo de madera. 

lunes, 10 de octubre de 2016

EL PASEÍLLO

Poco antes de que los domingos fueran amargos, a las cinco de la tarde iniciaba la marcha con el pie acostumbrado, saludó a la grada con la cara alta, y a la presidencia con una ligera inclinación. Su traje de oro deslumbró al animal, que sin embargo embestía el trapo resoplando hasta que recibió el acero en sus entrañas.
La vuelta triunfal lo pilló con el paso desacompasado cuando se enteró por un subalterno de la noticia:
-Tu hijo…
-Qué.
-Que nació muerto.
Humilló como los toros bravos, lamió su boca el sudor ensangrentado de su mano y, por la puerta grande, sacudió la arena de sus zapatillas.

martes, 4 de octubre de 2016

FRISKIS

Y le manchaba los dedos de harina al entregarle el paquete. Tras los cristales ahumados de sus lentes, el pastelero ocultaba en su enorme bigote un rastro de azúcar glasé y, mientras escondía el billete de cinco en su guardapolvos, se inclinaba como un muñeco articulado sin escatimar elogios del producto: 
─Delicieux, madame. 
Los niños saltaban gritando: 
─Queremos…, probar…, sólo un poco…, mamá. 
─Dejad niños, que se tiene que enfriar. 
El gato se afilaba las uñas y entrecerraba los ojillos esperando su oportunidad.

martes, 20 de septiembre de 2016

EL COLOR GRIS DEL ARCOIRIS


El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba, en la semipenumbra de la habitación del hospital, era para don Sebastián el gran momento del día.
Al trasluz del ventanal, la enfermera, con su perfil aguileño, cada día se parecía más a un relieve montañoso, con sus crestas y hondonadas, y aquellos números sobrevolando como nubes caprichosas, le mostraban el gráfico de las temperaturas y así, disimulando una sonrisa, la fiebre poco a poco lo consumía. 

miércoles, 15 de junio de 2016

SONATINA

Cuelgan de las cuerdas de la del quinto, se hinchan de sol, ufanas, y luego en la penumbra, al fondo del vestidor, amarraditas con su pelo aún rizado, cantan a media voz los últimos cotilleos del barrio:
–La soprano del cuarto, la Remigia, ya sabes, la señora del presi, ha dejado su régimen -comenta la corchea al tresbolillo.
–Qué horror, si nos encaja su pata travesera.
Por la ventana abierta, una corriente resopla aromas de trombón:
‘Do, re, do’, y en una esquina resuena el contrabajo de un Mozart constipado.

lunes, 13 de junio de 2016

NOSTALGIA

Las mañanas, si no llueve, salgo a pasear con mi cachorro de lobo por el antiguo embarcadero. Cuando el sol se encuentra sobre el horizonte, el mar cambia su vestido gris de gala por otro de mil colores.
–Mira Loc, Venus es aquel lucero que asoma.
–Gua, responde.
Una ola traviesa le quiere morder la cola mientras husmea entre las rocas al acecho de algún erizo.
Mis pasos hacen crujir los tablones desvencijados del malecón. Una embarcación lejana lanza su red. Sentado en un amarradero enciendo mi pipa de boj. Mis pulmones protestan: “cot-cot”. Un pequeño sol destella en el hueco de mi mano. 

jueves, 9 de junio de 2016

LOS FANTASMAS DE SHANGRI-LA

Vuelven a ser invisibles, se esconden tras un pliegue del córtex. Sé que están ahí, y cuando quiero que asomen me basta con gritar:
–¡Eh, tú, el de la capa gris!, y tú ¡Cara de pizza!, dejad de encender y apagar las luces como si fuerais duendes de una máquina recreativa. Acudid de inmediato, yo os lo mando.
A veces reprimen un bostezo y aparecen, vestidos de Hallowen, con restos de maquillaje en su rostro sin afeitar.
Una vez les pregunté y me contestaron:
–No somos de aquí, nos vamos a Shangri-La.
Forman pareja y como vienen se van.

miércoles, 1 de junio de 2016

EL MURO

Aquel día de verano de 1945 cuando salimos de las catacumbas, aprendimos de nuevo a vivir sin el estruendo de las sirenas. Dejamos las trincheras para conseguir una hogaza de pan, un trozo de carne era un lujo para algunos privilegiados. Guardamos en un baúl, bajo mil llaves, los uniformes; queríamos edificar sobre las ruinas, nos hicieron construir un muro de sangre y olvido. Nuevos dioses se repartieron la única ciudad del mundo como un juego sobre un damero maldito. 44 años después, tras las banderas rotas y la tierra abrasada por un sol destronado, viejos fusiles disparan ramos de olivo sobre palomas de la paz.

martes, 24 de mayo de 2016

VACACIONES

En esa casa no vive Mizuki Tanaka. El señor ha dejado su apartamento de la playa de Norigami. De hecho se fue a una gira por Sudamérica y no sabemos cuándo volverá. Su trabajo de supervisor de plataformas petrolíferas le permite largas ausencias. Su esposa se reunirá con él en Río, cuando termine su pase de modelos. Él no lo sabe todavía, pero ella está de tres meses. Se lo ha dicho a su estilista que sonríe pensando en su novio bombero: el rojo le sienta tan bien.

lunes, 16 de mayo de 2016

EL FIN DEL MUNDO

Desde el otro lado del planeta se propagó la sombra. Cada día avanzaba un centenar de leguas. Las estrellas caían por el horizonte como hojas secas al tiempo que los edificios como flanes temblorosos se agrietaban y se deshacían, dejando al descubierto su armazón de metal como una garra inerme que va trazando en el aire una plegaria hambrienta.
Hace ya setenta días que la humanidad enloquece y se dispersa por los cauces secos y los páramos baldíos. La onda que precede al colapso se acerca inexorable. Sabemos que es el final porque los teletipos han dejado de teclear su cantinela y enmudece la radio.

miércoles, 4 de mayo de 2016

PINCELADAS PARA UNA EXPOSICIÓN





Es como sale mejor, con la mirada al frente, fija en un punto cercano al infinito por encima del objetivo; la mano izquierda sobre el puño dorado de la espada y la derecha abierta sobre el plexo acariciando la roja cruz de malta.

Un instante eterno: abre el diafragma, dispara. Después viene la sesión de cuadro-shop: quitar el reflejo en los quevedos, retocar un bucle, pegar un último brochazo al óleo, y dejarlo secar. 

Al fin cuando se exhiba, abierto a todas las tendencias, contrasta, opina; pero sobre todo, aléjate del arte ultramoderno, ese impresionismo que todo lo emborrona. 

miércoles, 20 de abril de 2016

ODISEO

Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar sobre este arroyo que fluye como la vida. Veré por última vez a los niños en la ribera lanzar sus flechas de madera a las gacelas de piel de terciopelo y ojos grandes, acaramelados. El cielo azul, lo es por ser espejo, reflejará recodos, remansos y cascadas antes de llegar al gran estanque. Este será el final de mi viaje, peregrino famoso en cien ardides. Junto al ocaso, engastado en collares de madreperlas y azabaches, el humo disipará la niebla de mis ojos.