lunes, 13 de junio de 2016

NOSTALGIA

Las mañanas, si no llueve, salgo a pasear con mi cachorro de lobo por el antiguo embarcadero. Cuando el sol se encuentra sobre el horizonte, el mar cambia su vestido gris de gala por otro de mil colores.
–Mira Loc, Venus es aquel lucero que asoma.
–Gua, responde.
Una ola traviesa le quiere morder la cola mientras husmea entre las rocas al acecho de algún erizo.
Mis pasos hacen crujir los tablones desvencijados del malecón. Una embarcación lejana lanza su red. Sentado en un amarradero enciendo mi pipa de boj. Mis pulmones protestan: “cot-cot”. Un pequeño sol destella en el hueco de mi mano. 

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