lunes, 2 de marzo de 2015

MONO FELIZ

Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto se equivoca.
Se pasea con su bata blanca y se acerca al más grande.
-Abre esa boca –le dice el doctor.
El animal remolonea inquieto al ver la enorme jeringa, golpea el suelo con su cola.
-Mira que es por tu bien –insiste.
Cuando la fiera abre sus fauces, el bicho peludo salta del interior de su boca chillando sin parar.
-Ves cómo yo tenía razón –le dice a su ayudante.
-Claro –sonríe el aprendiz-, león no come carne de mono aullador.
El león cierra un ojo y sueña feliz: “A la chita callando, nadie echa de menos al domador”.

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