lunes, 24 de noviembre de 2014

EL AMOR COMO UN RELÁMPAGO

En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica. Porque, al fin y al cabo, qué es eso de juntar los labios. Hay un ruido de succión, parecido al de un avión cuando aterriza. Y no digamos nada de pasear cogiditos de la mano, como si aún fuéramos dos adolescentes. Los niños ya son creciditos, y qué van a decir, si cuando viene toda la tropilla, te asaltan y te atracan los más pequeños.
-Yayo, dame un euro.
-Y a mí cinco.
Y como un velero pirata al abordaje los más grandes.
-Papá, el coche.

martes, 18 de noviembre de 2014

EL HUEVO DE ARQUÍMEDES

Empezó a pensar en un nuevo teorema:
- Todo lo que sube baja.
No.
- Del centro hacia afuera todo es igual.
No, no.
Se despojó de su túnica y, a cambio, una esclava le dio una ficha.
La pared norte mostraba un mosaico del Laberinto.
Parecía flotar en el agua tibia. 
"¿Eureka?, pero..., ¿a quién le interesa?"

miércoles, 12 de noviembre de 2014

CUANDO EDIPO PERDIÓ LA ULTIMA BATALLA

Pero ya nada sería igual, los habitantes de los tiempos terribles, los míticos gigantes que nunca conocieron el dolor, duermen ahora en lechos de piedras olvidadas. Amaron, repudiaron, lucharon, viejas quimeras, por ampliar sus fronteras. Quedan en la memoria sus nombres arrastrándose entre los versos de un poeta ciego:
-¿Sois vos, el maldito Edipo?
-El mismo que aniquiló a la Esfinge.
-¿Queréis una limosna o un trago de vino?
-Solo quiero un trozo de tierra.
-Dadle una pala a este pobre rey.

martes, 4 de noviembre de 2014

CARACOLES ASESINOS

El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. El forense dibujó su perfil con una tiza rosa sobre las losas del salón. Se fijó en un resto de baba en su chaqueta. Anotó ese detalle en su libreta mientras musitaba:
-Caracoles asesinos. 
Levantaron el cadáver a una orden suya. La lagartija sonreía desde lo alto de una alacena. También cerró los ojos cuando dispararon el flash.

TITANIC

Tras una pirueta indecente resonó como un gañido lúgubre entre la niebla.
Él, a la pata coja, y ella, casi como una bailarina ronca de cerveza salada, danzaron un vals interminable, hasta que un golpe de mar afortunado cerró la tapa y todos los seres del fondo abisal pudieron descansar.