lunes, 24 de noviembre de 2014

EL AMOR COMO UN RELÁMPAGO

En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica. Porque, al fin y al cabo, qué es eso de juntar los labios. Hay un ruido de succión, parecido al de un avión cuando aterriza. Y no digamos nada de pasear cogiditos de la mano, como si aún fuéramos dos adolescentes. Los niños ya son creciditos, y qué van a decir, si cuando viene toda la tropilla, te asaltan y te atracan los más pequeños.
-Yayo, dame un euro.
-Y a mí cinco.
Y como un velero pirata al abordaje los más grandes.
-Papá, el coche.

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