lunes, 19 de enero de 2015

DRAGONES Y MAZMORRAS

-Usted es el primero que la abre en los últimos ochocientos años -musitó la Princesa del Palacio de Jade.
La gran puerta de madera chirrió como una corneja encinta.
-La cerradura estaba oxidada –bufó el Gran Mono-, pero pronto sabremos lo que esconde este maldito y hediondo sótano.
Recostado entre diamantes, coronas de reyes y esmeraldas, el Dragón abrió un ojo y reprimió un bostezo de fuego.


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