lunes, 28 de diciembre de 2015

LAS NIÑAS DE LA CURVA

Las besa con suma conciencia para no equivocarse. Aunque a veces confunda la arruguita en la comisura de los labios de la pizpireta Lisa, con la peca que se asoma bajo el párpado de la callada Louise, son como dos gotas de agua.

Seguro que las has visto cogidas de la mano con su vestido azul, sus zapatitos de charol y su sonrisa traviesa en el pasillo del hotel Overlock. Hace tiempo que se fueron de la habitación roja. Ten cuidado cuando gires el volante de tu caravana, porque suelen hacer autostop en esa curva.

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