A cada vuelta del tambor de la lavadora, la Antonia pisa por
el mismo lado de la raya de la baldosa, se alinea, se agacha, con dos dedos se
quita el pliegue del pantalón que se le mete por la rajilla, se atusa la ceja
derecha, se atusa la ceja izquierda, se sopla el flequillo, mira al frente, se
balancea,
que la bola viene
drive de izquierdas
allá que va la bola
bola que viene y va
vuela la
volea
golpea la red
cae mansa
bota
bota
re
bo
ta
y
.
-¡Vamos Antonia que ya es tuya la centrifugadora!
-Treinta a cuarenta sentencia el juez.
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