jueves, 9 de abril de 2015

GRITO HURACANADO

Procuraba no perder sujetándole las nalgas con las pinzas bien  afiladas. Sin aviso previo, el cangrejo azul con su cara de samurai, chocó sus antenas, chasqueó sus mandíbulas y fue a por el dedo gordo. El grito se oyó en la isla Hondo, en dos Bermudas y en tres Aleutianas. La ligera brisa racheada derribó la caseta, creció como una trompa elefantina, y se llevó un castillo y el viejo Ford. La bandera de la playa enrojeció de pura envidia.

2 comentarios:

  1. Pobre dedo, pero me alegro por el cangrejo. Suscrita a tu otro blog. Saluditos.

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    1. Creo que el dedo se le puso como a E.T., los cangrejos saben usar las pinzas.

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