lunes, 15 de diciembre de 2014

REGALO DE NAVIDAD


El mensaje era claro, conciso, breve y letal:
-No insistas, decía.
Mi vida había girado 180 grados desde que la conocí. ¿Olvidarla? Nunca.
-Es caprichosa, decían mis amigos intentando que no entrara en el almacén.
-Es voluble, veleidosa, casi como una diosa.
-Hay cientos, miles como ella, repetían.
Estaba en su estantería, sutil, perfecta. Abrí delicadamente la cajita. Tenía los ojillos cerrados, la boquita provocadora. Me incliné, le susurré al oído:
-He venido.
Noté el pinchazo doble en el cuello. Sus dientes ensangrentados ya no me producían ningún temor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario